5 de julio de 2010

Enterrando...

He cavado una tumba,
para la que ya he encargado la lápida.

He vuelto a pasear al amanecer,
sobre mi bicicleta como todos los días.

Mi sangre fluye imparable a borbotones,
casi libre por mis venas,
estallando en los capilares,
irradiando esa vida que llevo dentro.

Esta tarde enterraré los ignominiosos desplantes
de los que no van conmigo.
Enterraré los gestos, los términos y las muecas
de desprecio de los que me miraron pérfidos.

Me digo que ni siquiera merece el sepelio
un adorno de crisantemos,
que ni siquiera el sepulturero arroje
un puñado más de tierra que la precisa.

Sin plañideras, sin cortejo,
sin coronas, sin toque de campanas,
sin duelo inútil, sin velas que sospechen
que hay muerto.

Mañana volveré a oler a espliego,
a jazmines y a escolleras.
De nuevo la brisa, como siempre
volverá a llenarme de vida.
Y ese sol desinteresado,
colmará mis pretensiones.

Después de todo eran sensatas,
pero debieron ser malentendidas
todas mis intenciones.

Blanca Flores Cueto, aún inédito.

1 comentario:

  1. ..."pero debieron ser malentendidas
    todas mis intenciones.":Preciso,para no variar.Precioso y preciso...

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