4 de enero de 2011

El jamón, el vino y el aceite de oliva: motores de la economía.



En un sector como la alimentación resulta todo un éxito crecer del modo que lo ha hecho la industria española en esta década. Mientras el país se volcaba en el fenómeno inmobiliario y confiaba en el automóvil o el turismo para crear empleo y hacer caja, la humilde industria alimentaria, con 439.000 trabajadores, disparaba sus ventas en casa y fuera. Entre 2000 y 2010, la producción ha subido desde 55.700 millones de euros hasta 85.100, un 57,2% más. Y las exportaciones, solo entre 2004 y 2010, han crecido en torno al 32%, de 12.455 a 16.400 millones. Después del fuerte bajón de 2009, las ventas al exterior aumentaron un 9,9% hasta septiembre y están ya a niveles de 2008.

 El prestigio gastronómico del país ayuda a vender y es anterior incluso a la aparición de personajes como Ferran Adrià. Una encuesta de la FIAB revela que el segundo elemento definitorio de España para los visitantes, después del turismo, "es la gastronomía". Lo importante además es que la creciente exposición de nuestra industria al exterior ha dado paso a un sector empresarial tan internacionalizado como la banca, las infraestructuras, la moda o la energía.

Artículo completo en ElPaís Negocios, pinchando aquí. 

Son las ventas al exterior las que hacen crecer la economía de España. El sector agroalimentario es uno de los más productivos. Mientras otros se aprovechaban de la burbuja inmobiliaria incubada durante los gobiernos del Partido Popular, otros empresarios apostaron por nuestros productos. Hoy, gracias a la fuerza del mercado exterior, la industria alimentaria sigue progresando. 

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