28 de diciembre de 2011

Recuperar la confianza, definir el programa y señalar el liderazgo.



Estoy convencido de que la acción de Gobierno en esta pasada legislatura no será juzgada en perspectiva de la forma en que lo está siendo ahora mismo. Yo me identifico no bastante sino mucho con lo que ha sido la acción de Gobierno en estos años. Tras el desconcierto inicial, perdió la confianza de la sociedad española de una manera irreversible y, a pesar de ello, ha sabido soportar con mucha dignidad una situación insoportable, ha sido capaz de evitar la intervención del país y, como consecuencia de ello, ha posibilitado una salida democrática de la situación de emergencia mediante la celebración de elecciones, lo que visto lo que está ocurriendo en otros países europeos, no es poco. En las peores condiciones desde siempre, por entendernos, el Gobierno ha transmitido el poder democráticamente, en los mismos términos en que lo había recibido. Ha preservado lo esencial: la integridad del poder que pertenece a la propia sociedad, que, justamente por eso, se lo ha podido confiar al PP.

Políticamente, esto es muy importante y así acabará siendo reconocido. El propio Gobierno que acaba de formarse ha empezado a hacerlo. Pero electoralmente no sirve de nada. La sociedad española, de manera inequívoca y ahora sabemos que irreversible, hacia mediados de la legislatura había perdido la confianza en el Gobierno. En el momento más difícil y cuando más necesitada estaba de protección, la sociedad no se ha sentido protegida. A partir de ahí la suerte estaba echada.

Pérez Royo, el pasado sábado escribía un atinado artículo político para El País, al que podéis acceder pinchando aquí. Analiza las causas de la derrota y propone el camino de la recuperación de la confianza de la ciudadanía. Programa y liderazgo: tenemos que trabajar para que la decisión sea la más acertada para el socialismo democrático.




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