8 de diciembre de 2011

Sobre el escenario



Butacas numeradas, dos espectadores.
Y dos personajes deambulando sobre las tablas.

Un día todavía de otoño, crepúsculo húmedo,
estrellas por montera
y un nuevo lienzo donde pintar sueños
conforman el escenario.

Y otra vez versos de ida y vuelta
deseando reflejarse en los espejos
a través de cuerpos desbaratados, deshilvanados,
deshechos.

Cuerpos,
cubiertos de flores sembradas en cicatrices,
versos masajeando heridas
que acampan sincronizadamente
para gritarle a la vida,
que tras la cínica muerte
que te desean los vivos:
se resucita.

Y otra vez palabras en prosa llegan,
colonizando terrenos insondables
traduciendo en mitos las vivencias,
construyendo leyendas,
haciendo sufrir tormentos
como los argumentos de la copla.

Aparece el domador arrebatando las voces
que aniquilaban logros certeros.
Un payaso ciego y sordo bajo la carpa
de un imposible reestreno
se resiste.
Una trapecista cae sin remedio,
sin red, y arruina el éxito.

Personajes que como los versos
y los besos y los cuerpos...
se suceden atónitos,
sin sentido, sin público, sin foro...

Disfrázate y ámame de nuevo.
Qué más da el personaje que interpretes esta noche.
Solo de saxo en la esquina del Bache.
¿No escuchas, que es la "Bien pagá"?

No hay apuntador, sigue la sesión,
es la vida misma.
No te vayas.

No cae el telón, nadie se dió cuenta
de que ni siquiera
estaba escrito el guión.


Blanca Flores Cueto. Ecos, aún inédito.

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